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La supervisión de la salud estructural (structural health monitoring) de edificios es una práctica poco frecuente en México pese a su necesidad evidente. Cabe recordar que la Ciudad de México se encuentra en una de las zonas de mayor actividad sísmica del planeta. En la actualidad, la actividad científica y tecnológica en torno a esta problemática se concentra fundamentalmente en el Instituto de Ingeniería de la UNAM y en un par de empresas de consultoría, por lo que la disponibilidad de recursos humanos en este campo es limitada.
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Actualmente es muy reducido el número de edificios instrumentados, ya que hasta el momento esto no es obligatorio en el marco reglamentario que rige la construcción y la operación de edificios en México. La aparición de nuevas exigencias técnicas y económicas para la reducción de riesgos y costos de construcción y de aseguramiento, hace del monitoreo una necesidad impostergable. Dado el actual crecimiento de la industria de la construcción de edificios altos en México, al limitarse el crecimiento horizontal de las zonas urbanas, la supervisión de la integridad estructural se presenta como un área de oportunidades científicas, tecnológicas y empresariales.
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